La Ciudad de México amaneció fría y tranquila ese día de invierno. Muy pocas personas caminaban por el centro a esas horas, y todavía menos notaron el nuevo adorno de la fachada del Palacio Nacional.
Pintado con letras gruesas y rojas se leía:
"Venustiano Carranza es un hombre muy cruel.
Come Oro, cena Plata y caga puro papel"
La noticia de este mensaje que tan poco favorecía al presidente no tardo mucho en llegar a oídos oficiales, y finalmente a la oficina del señor Carranza.Era cierto que desde hacia algunos meses, se había puesto en movimiento un proceso de cambio y acrecentamiento del "tesoro nacional". Aprovechando la ignorancia del pueblo, recaudadores del gobierno iban de casa en casa intercambiando las monedas de cobre plata y a veces oro por billetes con la faz presidencial impresa en ellos.
Por lo tanto el rebelde rotulo causo escozor en las manos repletas de monedas del potentado, quien tardo más en oír la noticia que en ordenar la aprensión del responsable (y la pronta limpieza del muro).
Las palabras del poeta-vengador anónimo de México corrían como rió embravecido agitando los ánimos de todos en la ciudad. Pero nadie sabia quien había estampado el edificio, y nadie lo entrego por la gran $uma ofrecida por su cabeza.
Pero paso el tiempo, y parecía que todo se había olvidado, cuando tres semanas después y pese a las medidas de seguridad que habían crecido ampliamente alrededor de Palacio Nacional, apareció como respuesta a la calma un nuevo mensaje en cuyas palabras descansaba el sentir del pueblo:
"Dime Venus. ¿Con que pagas?
Las palabras del poeta-vengador anónimo de México corrían como rió embravecido agitando los ánimos de todos en la ciudad. Pero nadie sabia quien había estampado el edificio, y nadie lo entrego por la gran $uma ofrecida por su cabeza.
Pero paso el tiempo, y parecía que todo se había olvidado, cuando tres semanas después y pese a las medidas de seguridad que habían crecido ampliamente alrededor de Palacio Nacional, apareció como respuesta a la calma un nuevo mensaje en cuyas palabras descansaba el sentir del pueblo:
"Dime Venus. ¿Con que pagas?
¿Con lo que comes, con lo que cenas
o con lo que cagas?"
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